Mientras que la gente pobre muere de frío
en el crudísimo invierno y en el verano
por el calor sofocada, la salomónica fortuna
del actual presidente, que nos quiere hacer
creer que ya no lo es, aumenta con histórica
obscenidad con cada día; y en su impostura
descarada lo niega impávidamente el sinverguenza.
“La ex-presidenta” apoya tal imperdonable falacia
y sueña ser presidenta para seguir engordándola.
¡Tal tesoro no los redimirá del rigor divino!
Si la ex-presidenta aumentara la fortuna
del indigente país con la celeridad y con la magia
con las que engorda sus harto avarientos bolsillos,
habría más fondos para aumentar los sueldos
de los trabajadores todos, habría siquiera un libro
en las escuelas que funda y luego deja a la deriva,
los jubilados no tendrían que elegir entre comprar
remedios, pagar onerosos impuestos o comer mejor.
Hasta se podría poner mejores y decentes asilos.
¡Tal tesoro no los redimirá del rigor divino!
Pero a esta inhumana pareja de legítimos tiranos
¿le interesa realmente que los niños mueren de hambre
y enfermos en la pobreza? Se quiere igualar a la gran Evita
que no fue santa pero olvidó su cáncer y dio su vida
por los pobres abnegada. Llena de encajes y de sedas
viaja por el mundo mientras el campo es Troya nueva.
El maestro educa sobre derruidas escuelas, el médico
de miedo a perder su matrícula atiende por dos pesos.
¿Y el bien común? Se olvida por no perder un céntimo.
¡Tal tesoro no los redimirá del rigor divino!
Me figuro que si este magnate y tirano político
(elegido por un eterno e ignorante Sino argentino)
tuviera que elegir entre ir a la cárcel por su robado oro,
causa de nuestra ruina, o darlo a los pobres, las rejas elegiría.
¡Tal tesoro no los redimirá del rigor divino!
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