Se hace aun más nefasto el cansancio
que provoca trabajar en esta ciudad de polvo.
Aniquila cada instante con desidia y exigencias
que uno siempre debe.
La cabeza explota,
el corazón late,
porque sólo eso conoce.
En consecuencia, late.
Nadie más en esta ausencia
suficiente.
Se me opaca la mente, entre torcidos gestos.
domingo, 2 de agosto de 2009
Lo desconozco
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2 comentarios:
me gusto mucho, muy buena la última imagen...
saludos!
:3 ¡Gracias!
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